Durante la emergencia sanitaria por COVID-19, los tapabocas y guantes desechables se han convertido en elementos de protección utilizados para evitar contagios de coronavirus. Luego de ser utilizados, son considerados residuos potencialmente peligrosos y pueden convertirse en foco de contaminación y propagación de COVID-19.
Cada día son arrojados, por algunos ciudadanos, tapabocas y guantes a las calles de Bogotá. Estos elementos permanecen por días, incluso por semanas, en vías, parques, andenes y canales de agua.
Por eso, la invitación de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos - UAESP - es a disponer adecuadamente este tipo de residuos considerados altamente contaminados, para evitar posibles contagios entre la ciudadanía.
Después de ser utilizados, los guantes y tapabocas deben ser colocados en una superficie y desinfectados con alcohol o cloro. Luego, deben ser destruidos con tijeras y depositados en una bolsa negra.
Esta bolsa debe sellarse muy bien y ser desinfectada con cloro o alcohol. Finalmente, la bolsa debe ser sacada solamente durante la frecuencia de la ruta de recolección, para evitar que estos residuos puedan ser expuestos a más personas.