El propósito de esta dimensión es garantizar un adecuado flujo de información interna, es decir aquella que permite la operación interna de una entidad, así como la información externa esto es la vinculada a la interacción con los ciudadanos; para tales fines se requiere contar con canales de comunicación acordes con las capacidades organizacionales y con lo previsto en la ley de Transparencia y Acceso a la Información.
En este sentido es importante que tanto la información como los documentos que lo soportan (escrito, electrónico, audiovisual, entre otros) sean gestionados para facilitar la operación de la entidad el desarrollo de sus funciones, la seguridad y la protección de datos y garantizar la trazabilidad de la gestión. Por su parte, la comunicación hace posible transmitir la información de calidad que se genera en toda la entidad, tanto entre dependencias como frente a los grupos de valor.
Contar con servidores públicos bien informados, sobre cómo opera la entidad, y con ciudadanos viene formando sobre cómo hacer efectivos sus derechos, fomentar la eficiencia, la eficacia, la calidad y la transparencia de la gestión pública, la rendición de cuentas por parte de la administración y el control social ciudadano.