Decenas de visitantes acuden al Cementerio Central los lunes para honrar las almas de sus seres queridos con flores, velas y recuerdos.
Bogotá, D.C., octubre 9 de 2024. Es lunes, algunos avanzan con pasos lentos, otros más rápidos, pero todos con el mismo propósito: honrar las almas de sus seres queridos. Los lunes, el Cementerio Central de Bogotá se convierte en un espacio de recogimiento donde, a pesar del constante murmullo del tráfico exterior, se percibe un silencio profundo que invita a la reflexión.
El ir y venir constante en la entrada del cementerio es más que un simple tránsito físico; es una conexión entre lo terrenal y lo espiritual. Las rejas de hierro, que se abren y cierran incesantemente, marcan la diferencia con los otros días de la semana. Anuncian la llegada de más visitantes que traen flores frescas, oraciones y recuerdos, porque es lunes, día en que se visitan a las almas benditas del purgatorio.
La Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (UAESP) tiene un papel esencial en esta tradición de los lunes. Como entidad encargada de administrar y preservar los cementerios distritales, incluida la joya patrimonial que es el Cementerio Central, la Unidad garantiza que este espacio lleno de historia y memoria, se mantenga para recibir a los miles de ciudadanos que lo visitan.
Es el día en el que las flores frescas tienen más protagonismo y los rostros de expectativa y esperanza, se iluminan por los alrededores del cementerio. Las vendedoras de flores, con sus sonrisas y palabras amables, hacen parte también de esta tradición convirtiéndose en cómplices de un momento importante para las familias de quienes están ausentes. Ellas cuentan historias de amor y pérdida, mientras ofrecen sus coloridas flores, símbolo de cariño y respeto.
Cecilia Bernal es una vendedora de flores que lleva más de 60 años trabajando a las afueras del cementerio. Para ella, los lunes son un día especial, no solo por la demanda de sus productos, sino porque es un momento significativo para las familias. “Los lunes, en el día de la visita de las almas, aumenta las ventas y ve uno cómo llegan con devoción a pedirle a las almas benditas”, comenta.
En este lugar, las visitas de los lunes se convierten en homenaje, un acto de fe y esperanza. Incluso, no es solo con las almas, sino también con la comunidad que se reúne para compartir, recordar, sanar y sentir cercanos a los que han partido.
“Vengo todos los lunes al cementerio porque creo en las benditas almas del purgatorio. Me han ayudado, les pido por mi negocio, por mis hijos, y me ha servido. Es un plan que hago con mis amigas y también aprovecho para visitar la tumba de Leo Kopp (diplomático honorario y empresario alemán, fundador de la compañía colombiana Bavaria S.A.)", dice Jasmín, una visitante.
Como Jazmín, varios ciudadanos se dirigen los lunes a este cementerio para cumplir con una tradición que tiene más de un siglo; ir a orar, poner velas, flores y ofrendas en las tumbas.
¿Por qué los lunes visitan las almas en los cementerios?
La tradición de visitar las almas los lunes surgió en América Latina durante la época colonial, con una fuerte influencia de las creencias católicas traídas por los españoles y la mezcla con las prácticas funerarias indígenas.
En el caso de Bogotá, esta tradición lleva más de 100 años arraigada en la cultura popular, especialmente en el Cementerio Central, que ha sido un lugar de gran importancia histórica y cultural desde su inauguración en 1836.
En los cementerios distritales la memoria vive, convirtiendo las visitas en un homenaje a los que hoy están ausentes.
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