El cambio climático dejó de ser una amenaza del futuro para convertirse en una realidad que afrontan todos los países del mundo, por ello el Concejo de Bogotá declaró la emergencia climática, un llamado de urgencia para que desde el distrito se adopten prácticas que ayuden a frenar problemas como el calentamiento global.

Desde la UAESP las diferentes subdirecciones trabajan para que Bogotá cada día sea una ciudad más sostenible y su impacto al medio ambiente sea menor. Así lo explicó Álvaro Parra, Subdirector de Aprovechamiento, quien explicó que “La ciudad de Bogotá produce aproximadamente 7.500 toneladas diarias de residuos de las cuales el 51% son de residuos orgánicos. Es decir, más de 3.500 toneladas corresponden a residuos orgánicos. Queremos para reducir los gases efecto invernadero y disminuir la cantidad de residuos a enterrar en el relleno sanitario es producir abonos o recuperadores de suelo en la primera fase con los residuos orgánicos”.

Para ello, la entidad trabaja en un cambio en el modelo de gestión de los residuos, el cual se ha convertido en una de las banderas de la UAESP en la lucha contra el calentamiento global. Así lo explicó el Subdirector de Disposición Final, Fredy Aldana, quien asegura que “estamos en un momento crucial y es precisamente el cambio en el modelo de gestión. Es decir, que vamos a dejar la única tecnología de enterramiento por plantear diferentes alternativas que permitan hacer aprovechamiento en los residuos sólidos”.

Así mismo, uno de los principales proyectos que adelanta la UAESP consiste en ”establecer 6 plantas en 6 localidades en la ciudad de Bogotá el año que viene (2021) para poder aprovechar al menos el 10% de los residuos orgánicos. Es decir, 300 toneladas al día para que esas 300 toneladas las podamos convertir en el recuperador del suelo o abono orgánico, explicó Parra.

La UAESP sigue trabajando para reverdecer a Bogotá y cumplir el contrato social y ambiental, pilar del plan de desarrollo de la ciudad.