Durante la emergencia por el COVID-19, miles de recicladores de Bogotá han seguido cumpliendo con su importante labor como recuperadores ambientales. Bryan Moreno es uno de ellos y aquí está su historia.
Bryan Moreno nació hace 19 años en el seno de una familia recicladora de Bogotá. Cursó hasta octavo grado de bachillerato, vive con su mamá y su pequeña hermana de seis años en el barrio Las Lomas en el sur de la capital y desde hace dos años, se dedica a recorrer las calles de la localidad de Puente Aranda para reciclar los residuos aprovechables.
Bryan es un joven alegre, amable, dicharachero y soñador. Normalmente, trabaja todos los días pero, desde que inició la emergencia por el COVID-19, sus jornadas se han reducido a solamente tres veces por semana, lo que se ha visto reflejado en sus ingresos.
“Antes del virus yo me recorría todo esto, todo Montevideo y me alcanzaba a hacer dos o tres viajes y pues me hacía buena plata, pero con esta situación mi mamá no puede salir a trabajar, me toca a mi pero como hay muy poquito material, siempre se me ha bajado el presupuesto”, asegura el joven reciclador.
A pesar de esto, y de que su movilidad se ha visto afectada por un tumor en su cabeza que no ha podido ser removido, Bryan no pierde las ganas y las fuerzas para salir a trabajar y recorrer varios kilómetros en el sector de Puente Aranda, en donde recoge material reciclable de diez locales comerciales de la zona.
Durante el tiempo de emergencia por COVID-19, este joven reciclador no ha dejado de desarrollar su labor y lleva a cabo su trabajo bajo las estrictas medidas de protección y seguridad de la organización Asomabiental 7, a la que pertenece y la cual vela para que sus recicladores estén seguros y eviten cualquier tipo de contagio de coronavirus.
Aunque actualmente se dedica solo a su trabajo como reciclador, Bryan sueña con retomar sus estudios de bachillerato muy pronto y más adelante, cursar estudios relacionados con carros o motos, ya que es un amante de la velocidad.
Bryan, al igual que miles de recicladores de Bogotá, sigue trabajando para sostener a su familia y brindarle un futuro mejor, al tiempo que aporta su granito de arena a través de su invaluable labor como recuperador ambiental, para disminuir la cantidad de residuos que llegan al Relleno Sanitario Doña Juana.