Desde 1791 inició la planeación de lo que hoy conocemos como el Cementerio Distrital Central. Sin embargo, fue abierto al público hasta 1836 y es considerado uno de las necrópolis más importantes del país y de América Latina.
El Cementerio Distrital Central está ubicado entre las calles 24 y 26 y desde la Transversal 17 hasta la Carrera 29, en la localidad de Los Mártires, en el corazón de Bogotá.
Su historia e inicios se remontan a 1791 cuando el virrey de la Nueva Granada, José Manuel de Ezpaleta, ordenó su planeación. Sin embargo, su construcción solo se dio hasta 1832 y su inauguración en diciembre de 1836 bajo la presidencia del General Francisco de Paula Santander, durante la Nueva Granada como república.
Los planos del Central estuvieron a cargo de Domingo Esquiaqui, un ingeniero y militar español, que llegó a Bogotá para ayudar a la reconstrucción de la ciudad luego del terremoto de 1785 y hasta 1822, el alcalde Buenaventura Ahumada Gutiérrez ordenó la disposición de un terreno para la construcción del cementerio. Sin embargo, las obras se dieron diez años más tarde con la dirección de Pío Domínguez y Nicolás León.
En 1838, el exalcalde Buenaventura Ahumada Gutiérrez, tras su fallecimiento, fue el primer ciudadano en ser enterrado en el Cementerio. Otro de los políticos más influyentes que fue llevado al Central fue Francisco de Paula Santander, que luego de su inhumación, tiene allí una de las tumbas más grandes de esta necrópolis.
“El sector más histórico del Cementerio Distrital Central es el conocido como la elipse, la elipse central, y su nombre se debe precisamente a que muchos de estos cementerios del siglo XIX tienen esa forma concéntrica, que nos recuerda a los mortales el ciclo de la vida, la vida misma”, aseguró el historiador Wilson Pacheco.
El Cementerio Central tuvo varias fases en su proceso constructivo a medida que Bogotá crecía como ciudad. Tras 69 años después de su inauguración, en 1905, se edificó la portada del Cementerio, hoy la entrada principal sobre la Calle 26. Allí yace una de las esculturas más simbólicas, ´Cronos´, el dios del tiempo, según la mitología griega y debajo de este está escrito en latín `esperamos la resurrección de los muertos´.
“Es una escultura hecha por un artista llamado Colombo Ramelli, hijo de Luigi Ramelli. La familia Ramelli vino a Bogotá a realizar la demoración del Teatro Colón y dejaron aquí en el Cementerio su huella. La escultura de `Cronos´ fue hecha por Colombo Ramelli precisamente para recordarle a propios y extraños pues lo mundano de la vida, el tiempo que tenemos todos en este mundo”, indicó el historiador Pacheco.
El Cementerio Distrital Central es catalogado en la actualidad como uno de los más antiguos de Bogotá, Colombia y de América Latina. Por su historia, valor arquitectónico y cultural este cementerio de gran dimensión o necrópolis fue declarado Monumento Nacional en 1984.
