Cada día en Bogotá más de 6.200 toneladas de residuos son recolectadas por los operarios de aseo, quienes además de recoger, barren, limpian y lavan el espacio público para que este permanezca impecable. Sin embargo, la indisciplina de algunos ciudadanos a la hora de deshacerse de sus residuos genera regueros en las calles, lo cual no solo afecta el trabajo de los operarios de aseo, sino que afecta la calidad de vida de todos los ciudadanos.

Así lo asegura Hermes Forero, subdirector de Recolección, Barrido y Limpieza de la UAESP, quien aseguró que “cuando sacamos los residuos fuera de horario y frecuencia, van a generar esparcimiento y eso genera mala calidad de vida para los ciudadanos. La calidad de vida depende de nuestros comportamientos. Si todos obedecemos horarios y frecuencias podremos hacer una disposición adecuada de los residuos”.

Por eso, con el acompañamiento de la Secretaría de Gobierno y la Policía de Bogotá, la UAESP viene realizando recorridos en los que además de recordarle a los ciudadanos la importancia de respetar los horarios y frecuencias, se interponen comparendos a quienes abandonas residuos en espacio público.

“Aquellos ciudadanos que no respetan horarios y frecuencias, pues son objeto de una imposición de un comparendo que es inicialmente pedagógico. Lo que buscamos es trabajar con la comunidad para que nuestra conducta sea acorde con la normatividad, la reglamentación”, explicó Forero quien agradeció el apoyo de la Policía Metropolitana en estas jornadas.

Cada vez que los ciudadanos entregan el material aprovechable al reciclador y cumplen los horarios y frecuencias de recolección, no solo ayudan a mantener limpio el espacio público de la ciudad, sino que evitan dolores de cabeza, ya que las multas por abandonar residuos en la calle superan el millón de pesos.