La iniciativa consiste en aprovechar los residuos orgánicos domiciliarios y sumarlos al material producto de la corta de césped y poda de árboles en los parques o residuos verdes, lo que permite a las comunidades organizadas o “paqueros” aprovechar el material, y en el proceso, construir tejido social.

“Es una estrategia que genera tejido social y que aprovecha los residuos orgánicos emulando los procesos que tienen los bosques, y de esa forma entonces los residuos no se pudren, sino que se fermentan y se vuelve una tecnología ambiental y social para el tratamiento de los residuos orgánicos”. Explicó Adriana Gómez, profesional de la Subdirección de Aprovechamiento.

Gracias a la supervisión y gestión de la Unidad Administrativa de Servicios Públicos -UAESP-, y al aporte socio ambiental de Área Limpia, operador de aseo de la localidad de Suba, en un año, el proyecto ha permitido aprovechar más de 100 toneladas entre residuos verdes y orgánicos domiciliarios y evitar que lleguen a Doña Juana.

Víctor Hurtado, supervisor de operaciones de Área Limpia, señaló que cada vez que se intervienen parques en la localidad, el material se recoge, procesa y distribuye a las comunidades. “Área Limpia está en este momento participando de este proyecto suministrando residuos vegetales para la elaboración de las pacas, en ese sentido, los residuos que estamos suministrando son residuos provenientes de la operación de corte de césped, y residuos provenientes de la operación de poda de árboles”, señaló.

Hay iniciativas destacadas y que hoy presentan grandes avances, en barrios como La Esmeralda, Belalcázar, Armenia, La Perseverancia, Ciudadela Colsubsidio, San Luis y La Macarena, la academia también se ha vinculado al proceso. “En este barrio específicamente – La Macarena- llevamos 44 pacas digestoras, cada una de 500 kilos de residuos orgánicos y de materia vegetal que no van nunca más a Doña Juana y que se han convertido después de seis meses en abono fértil”, indicó Nathaly Jiménez, coordinadora científica de la Cátedra Unesco en Desarrollo de la Universidad del Rosario.

Los residentes de los barrios agradecen y celebran la oportunidad de aprovechar sus residuos y contribuir con la protección del medio ambiente. “Se hace una cama de palitos, y después de esa cama de palitos va la poda del césped y en el centro de va a haciendo un pequeño nido, para guardar y meter los residuos orgánicos”, explicó Patricia Bastidas, habitante localidad de Suba.

Por su parte, Laura Andrea Rodríguez, integrante de la Fundación Somos Uno, y una de las líderes del proyecto de las pacas en el barrio Ciudadela Colsubsidio, destacó los resultados que han logrado gracias a la iniciativa. “Nosotros hemos recibido de acá ya cosechas de lechugas, de rábano, tenemos aromáticas, tenemos caléndula y tenemos ya varias siembras de papas nativas, cebollas, acelga”, sostuvo la joven.

De acuerdo con cifras de la UAESP, en promedio, son 12 las toneladas mensuales entre residuos orgánicos domiciliarios y material verde, que están dejando de llegar a Doña Juana gracias al proceso de las pacas.