Durante dos años, recicladores de Bogotá han aprovechado los plásticos que recuperan de rutas de recolección y de las llamadas “Botellas de amor”, las cuales se llenan con plásticos de todo tipo que cada ciudadano entrega en puntos de acopio, y que le están dando un respiro al ambiente y a Doña Juana, donde de las 7 mil toneladas que ingresan diariamente 16,8% son plásticos que se pueden reciclar en su totalidad.

La iniciativa de poner en marcha una planta para producir madera plástica a gran escala, nació de la Asociación de Recicladores de Bogotá y la Asociación Colombiana de Recicladores. En este espacio, en el que trabajan decenas de recicladores de oficio, además de producir mobiliario de todo tipo como sillas, mesas, tableros o atriles, se construyeron nueve casas para recicladores que no tenían vivienda propia en varias partes del país. “Esto es innovación técnica y social, y todos los días estamos tratando de sacar una cosa nueva, porque la madera plástica tiene las mismas aplicaciones de la madera natural. Colombia tiene una historia de reciclaje muy importante, más de 50 años, pero hay materiales como el plástico que se han convertido en un problema y con iniciativas como estas podemos darle respuesta a esa problemática”, señaló Nohora Padilla, representante de la Asociación de Recicladores de Bogotá (ARB).

Los plásticos llegan a la planta, allí se aglutinan o muelen según su tipo. Luego el material es arrojado en una tolva, especie de embudo que lo lleva a seis estufas para convertirlo en una masa maleable, que luego ser insertada en diferentes moldes para su compactación, da lugar a la madera plástica.

Yesid Montealegre, coordinador de la planta, insiste en la importancia de separar en botellas de PET todo tipo de plásticos para aprovechar al máximo el material, “la botella tiene que ir bien compactada para que quepa mucho plástico y sea mas fácil transportar y separar los residuos. Todo el material que va para la botella, le estamos dando un nuevo ciclo de vida que va a durar mucho tiempo en un producto bien realizado y qué mejor que hacer, por ejemplo, viviendas con este material para los recicladores y darles una mejor calidad de vida”.

Con el reciclaje y la producción de madera plástica se espera construir en un futuro mobiliario público y estaciones de Transmilenio para fomentar la economía circular en Bogotá. La Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos -UAESP-, que considera clave el desarrollo de este tipo de iniciativas, trabaja por dignificar la calidad de vida de los recicladores en la ciudad.