Un reciclador de oficio, un electricista industrial y un ingeniero ambiental, encontraron la fórmula para convertir las fibras celulosas, en materas que se degradan en tan solo seis meses.
La organización de recicladores M y M Universal decidió apuntarle a proyectos que logren minimizar el impacto de los materiales que no se pueden reciclar, como los plásticos de un solo uso o las fibras celulosas que se encuentran en las cajas de cereales o las cubetas de huevo.
José Malagón, representante legal de la organización, explica que así nacieron las materas biodegradables, “estas materas están hechas únicamente de todo lo reciclable que no compran en ningún lado, la materia prima de esto son las plegadizas, queremos que este material pueda regresar para usarse en nuestras queridas materas”.
El conocimiento de Giovany Mora, ingeniero ambiental, hijo de un reciclador de oficio fue fundamental durante el proceso. Desde pequeño entendió el impacto que tienen los residuos que no son aprovechables en el medio ambiente y decidió investigar y crear opciones más ecológicas, para elementos de uso diario, especialmente en el sector agrícola.
“Como asociación nos interesamos mucho el manejo de estos materiales, mucho sector privado, empresas se interesan más por el plástico y para nadie es un secreto que el plástico dura hasta mil años en descomponerse. Nosotros desde acá comprendimos que hay más materiales que tienen muchos problemas como las fibras celulosas que son extraídas de la madera y no se les está dando el debido tratamiento, entonces este material se está desperdiciando y se está yendo al relleno” señaló Giovany.
Actualmente, están en registro de patente ante la Superintendencia de Industria y Comercio y esperan producir en masa para reemplazar el uso de plásticos que recubren plántulas y semillas en invernaderos y cultivos, por materas 100% naturales que se pueden llevar a la tierra en el proceso de siembra, para convertirse en materia orgánica y abono para los cultivos.