Entrevista con Angelica María Granja Rodríguez, ceramista que desde hace un par de años expresa su creatividad con materiales reciclables.
A pesar de los cientos de toneladas de residuos que llegan diariamente al relleno sanitario Doña Juana, además de los que se arrojan a las calles y a los ríos que surcan Bogotá, hay seres especiales que con sus dones y talentos muestran su preocupación por la crisis ambiental que vive el planeta.
Es el caso de Angelica María Granja Rodríguez, una bogotana de oficio ceramista que decidió hacer un aporte especial, un llamado desde el arte para que la humanidad abra los ojos sobre lo que será “el Mundo Futuro” si no hay un cambio de conciencia colectiva.
Desde hace un par de años, Angélica volcó sus ojos y su poder creativo al trabajo con materiales reciclables. Fue así como un día cansada de ver las latas de cerveza tiradas en el parque del frente de su casa, colillas de cigarrillo, envases, tapas y botellas de licor que dejan especialmente los fines de semana, y más cuando hay partidos de futbol, se dio a la tarea de recogerlas para “volverles a dar vida” a través de obras plásticas llenas de reflexión y arte contemporáneo. Una de ellas es “El Mundo Futuro”, sobre la que la autora reveló, a través de una entrevista, detalles de su proceso creativo.
ROC: En esta maravillosa obra que usted ha creado y bautizado como si fuese una profecía “El Mundo Futuro”, ¿Qué materiales encontramos?
MAG: Nosotros aquí incluimos malla de gallinero, latas de cerveza, engranajes de moto, cadenas, candados, atornilladores, chapas viejas, tornillos que ya la gente no utiliza, tapas de gaseosa y aquí alrededor, como puedes ver, usamos material textil que son jeans viejos que la gente pues no utiliza y que siempre van a parar al relleno Doña Juana.
ROC: ¿Cuánto tiempo tardó haciendo este cuadro?
MAG: Mas o menos tardamos unos seis meses con el proceso hasta lograr materializar la idea.
ROC: Este cuadro en una galería en Europa o New York, ¿Cuánto puede costar?
MAG: Te diría que unos 5.000 dólares más o menos, aunque un coleccionista podría pagar mucho más, pero acá me tocó conformarme con 2 millones que me dieron.
ROC. Al hacer este cuadro con materiales reciclables, ¿Qué busca con él o cual es el mensaje que queremos darle al mundo?
AMG: En particular, pues que aprovechemos toda esta materia que para mucha gente es basura y que para mí es materia prima de calidad con las cuales se pueden estas y muchas otras obras. Así de esta manera le damos una nueva vida a estos materiales a los que la gente no le da importancia sabiendo que hay muchas formas de darle un nuevo uso a las cosas que botamos y es allí donde todos debemos tomar conciencia y empezar a separar desde nuestras casas, enseñarles a nuestros hijos la importancia de un alambre, de una tuerca, de una lata de cerveza o de un empaque de cualquier líquido. Es decirle a la gente de que el planeta necesita respirar; entonces, si no queremos un futuro así (señala el cuadro), empecemos ya a reciclar desde nuestras casas y a separar muy bien los residuos, a darle otro uso a las cosas en lugar de arrojarlas a los cuerpos de agua o al relleno.
Angélica Granja se muestra realmente preocupada por lo que tendrán que vivir sus hijos y los hijos de sus hijos. Siente el gran impulso de lanzar un grito de alerta a la conciencia humana con su creación, una obra elaborada con materiales ciento por ciento reciclables y el efecto contrastante de luces, formas, colores, relieves y movimientos que invitan al espectador a viajar por el tiempo, por un destino incierto, por el “El Mundo Futuro” que aguarda a las generaciones del mañana llamadas por obligación a salvaguardar el mayor tesoro de la supervivencia terrestre: La vida.