Los pasos son muy sencillos, en la bolsa negra debes depositar lo que ya no sirve: papel higiénico, servilletas y pañales usados, colillas de cigarrillo, etc. En la bolsa blanca vas a depositar lo que creas que puede ser reciclable: empaques plásticos, metal, cartón, tetrapack, todo siempre limpio y seco. Recuerda que el reciclador recogerá esta bolsa, por eso debes asegurarte que no corra ningún peligro, si hay algo roto o cortopunzante debes envolverlo en periódico o en algún material que los proteja durante su trabajo.

Ahora que estás en casa puedes aprovechar tu tiempo aprendiendo sobre los materiales que se pueden reutilizar y sobre el importante papel que tienen los recicladores de oficio en el proceso de aprovechamiento de los residuos. No olvides que la clave para reducir nuestro impacto en el planeta empieza desde casa con la separación en la fuente.
#ReciclarEsLaSalida