Hasta las puertas de la Iglesia La Medalla Milagrosa de Fontibón llegó un grupo de gestores sociales de la UAESP para adelantar la primera jornada de sensibilización a la comunidad religiosa en esta localidad de Bogotá.
Otras cinco actividades de esta naturaleza ya han tenido lugar en Engativá, durante el mes de noviembre pasado, para brindar información sobre la importancia de separar los residuos servibles de los orgánicos con tal de facilitar su aprovechamiento.
La meta fue impactar con este mensaje a no menos de 600 personas que cada domingo asisten a las eucaristías celebradas religiosamente en la parroquia La Medalla Milagrosa.
"Si estamos con dios yo se que él nos va a ayudar y él nos va a proteger pero también él dice ayúdate que yo te ayudaré", aseguró Sofía Rodríguez, ferviente devota de esta iglesia, cuándo recibió las bolsas, negra para separar lo aprovechable, y blanca para arrojar lo orgánico.
Otros feligreses como Elvira Sierra y su nieto, José María, se mostraron de acuerdo con la urgencia de aprender cómo se separa y para qué se recicla.
"A nosotros desde chiquitos no nos acostumbraron a reciclar pero eso es lo que estamos haciendo con mis nietos, que ellos aprendan a reciclar y lo hacen muy bien", dijo la orgullosa abuela.
Jóvenes y familias enteras, también alcanzadas con esta información a la salida de la misa, se convirtieron así en multiplicadores de la necesidad de clasificar desde la casa, la oficina o la industria, todos aquellos materiales en desuso que tras un proceso de aprovechamiento pueden extender su vida útil y contribuir a la cultura del reciclaje.