Desde el mes de marzo el equipo Fuerza Reciclar Transforma de la UAESP, conformado por 22 conferencistas, ha venido trabajando sin descanso al impactar a más de 65 mil personas entre niños jóvenes y adultos en más de 110 colegios públicos y privados, fundaciones, sedes de Idipron entre otras; a lo largo y ancho de las 20 localidades de la ciudad. El objetivo específico es buscar que los estudiantes reflexionen sobre los efectos del cambio climático y comiencen a realizar tareas sencillas de separación de residuos desde en sus colegios llevando el mensaje a sus hogares.

Patricia Salas, una de las conferencistas del equipo, ha hablado sobre la felicidad que la embarga al realizar los talleres donde los niños aprenden y se comprometen de corazón con el cuidado del medio ambiente:

“Para mí ha sido una experiencia única, maravillosa, sentir el compromiso de los niños, de los jóvenes de los profesores, de las personas a las cuales uno capacita todos los días y eso me llena de ilusión, de esperanza para poder cambiar al mundo”.

Patricia sabe que la tarea no es fácil  frente a la realidad ambiental de la ciudad y el país, entonces reafirma: “ningún esfuerzo es pequeño en esta tarea”, es muy bonito ver que cada joven es consciente de lo que está pasando, oir sus opininiones, las ganas y el entusiasmo con que reciben el mensaje y eso me hace feliz pues estamos generando cambios, estamos sembrando una semillita en el corazon de cada niño de cada joven y ese es un logro importante.”

A través de lúdicas, juegos, videos informativos y el taller de las 40 formas, el mensaje enviado a los estudiantes ha sido claro y contundente. Además, ellos tienen la tarea de enseñarle a sus padres sobre la separación en la fuente.

“Si las cifras siguen comportándose de esta manera aspiramos impactar más de 100.000 personas al 30 de noviembre” comenta Lucía Alemany, encargada de este grupo.

En tanto, Jesús Muñoz, uno de los líderes talleristas del grupo Fuerza Recicladora, concluye que esta campaña que se viene realizando tiene una enorme importancia para el futuro de Bogotá, pues cada vez se está tomando más conciencia sobre el manejo adecuado de los residuos, comenzando por los niños jóvenes y estudiantes quienes son los llamados a cambiar el mundo.