Una galería itinerante con retratos de recicladores de oficio y balances del trabajo de fortalecimiento de la Uaesp en favor de esta población abrió la agenda conmemorativa.

La Uaesp entregó flores amarillas durante la manifestación de recicladores en la Plaza de Bolívar como muestra de agradecimiento.

En un conversatorio ofrecido en el paraninfo del Politécnico Internacional, los recicladores de oficio compartieron sus anécdotas y puntos de vista con comunidad académica y prestadores del servicio de aseo en Bogotá.

El cielo de Bogotá no pudo amanecer más despejado para conmemorar una fecha que dejó mucha tristeza en la memoria del país pero también una gran reflexión sobre el papel que desempeñan los recicladores en la comunidad y en el cuidado del planeta.

Lucía Barinas, recicladora de oficio, trajo a la memoria en cortas palabras lo que pasó un día de Carnaval en 1992 en Barranquilla:

"Hubo una masacre de compañeros recicladores en Barranquilla, entonces el 1 de marzo para nosotros es muy importante en conmemoración de esos compañeros que fueron prácticamente engañados para asesinarlos"

La mujer se refería a un vergonzoso hecho que involucró a varios funcionarios de la Universidad Libre, en cuyo anfiteatro reposaban los cadáveres de varios recicladores informales, asesinados con el fin de comercializar sus cuerpos para investigaciones de estudiantes de medicina y el tráfico de órganos, según lo que pudieron establecer los investigadores con base en el testimonio de un reciclador sobreviviente.

En Colombia, siete años después, el Congreso decretó el Día Nacional del Reciclador y del Reciclaje, mediante la Ley 511 del 4 de agosto de 1999, para rendir homenaje a esta población dedicada al aprovechamiento de residuos.

Sin embargo, el 1° de marzo fue oficializado como Día Mundial del Reciclador durante el Encuentro Internacional de Recicladores, celebrado en Colombia en el 2008 y al que fueron convocados representantes de 34 países.

La Agenda

Mientras los recicladores de oficio se preparaban para iniciar una anunciada marcha por medios masivos, desde las afueras del Planetario Distrital hacia la Plaza de Bolívar, en las puertas de la Uaesp se levantaba, a manera de exposición callejera, un sentido tributo a la población en conmemoración.

Cada módulo mostraba retratos inéditos de los recicladores de oficio. Sus mejores caras en medio de su labor cotidiana.

Además, cifras de la Uaesp en cuanto a las acciones que, durante esta administración, se han puesto en marcha en favor de los recicladores de oficio, para recalcar que no era un día solo para cultivar la melancolía sino para aplaudir el camino de dignificación que ya se ha venido trazando con el acompañamiento de la Alcaldía de Bogotá.

A estos mensajes tuvo acceso gran cantidad de transeuntes de la Avenida Caracas con calle 53 en Chapinero, a la vez que por la calle séptima, una gran cantidad de organizaciones recicladoras se hacía sentir en su llegada a la Plaza más icónica de la capital colombiana.

Decenas de pancartas, muchos pitos y cientos de caras quemadas por las largas jornadas de recolección de residuos bajo el sol o el frío, se asomaron en desorden, grupos por grupos, hasta aglomerarse a los pies de una tarima.

Unos felices, otros nostálgicos, unos gritando, otros elevando sus emotivas demandas a través de pitos y golpes contra pimpinas de plástico.

Todos, en general, pidiendo lo mismo:

"Ya han sido reconocidos muchos derechos que no habían sido reconocidos antes pero aun esto un trabajo que mucha gente desacredita pero realmente esto es una profesión que queremos que todos vean como tal", palabras de Diana Bernal, recicladora de oficio.

Sin embargo, algo logró surtir un suave efecto en la actitud de los recicladores en pose de protesta.

Era un gigantesco cartel tirado en el piso, que desplegado casi debajo de la estatua de Simón Bolívar, se tomaba un gran espacio, en medio de la congregación de los recicladores.

Mostraba datos de uniformes y carnés entregados, de capacitaciones hechas para las organizaciones registradas en el RURO, Registro Único de Recicladores de Oficio, de las toneladas de material aprovechado reportados por las organizaciones a la Superintendencia de Servicios Públicos en cuestión de tres años y de unos ocho mil recicladores atendidos en 10 ferias de servicio.

Muchos se acercaron para leerla detenidamente. Nadie objetó ninguna de las líneas que ahi rezaban.

Surcando la gran pancarta, un par de gestoras entregaba flores amarillas a los manifestantes pacíficos. Ni siquiera hacían el esfuerzo de dárselas. Sobretodo las recicladoras llegaban atraídas por el gesto de agradecimiento que la Uaesp quiso tener para con todos los recicladores por el día que se rememoraba, por el papel invaluable de los recicladores en la cadena del provechamiento, porque era la oportunidad ideal para que la ciudadanía también supiera qué se ha hecho por y con ellos.

Y aunque parecía que la agenda ya llegaba a su final, faltaba tener noticias de un conversatorio en el paraninfo del Politécnico Internacional, que tenía por objetivo unirse a este aniversario mediante el desarrolllo de un foro donde los recicladores siguieran siendo el centro de la reflexión.

 Estudiantes de la cátedra de Gestión Ambiental, profesores, gestores y funcionarios del operador de aseo Promoambiental, integraron el público para el que hablaron los protagonistas de este ejercicio y durante cuatro horas escucharon historias, anécdotas y puntos de vista de los recicladores.

En conclusión, una jornada tan histórica como el día mismo, para ser contada una y otra vez hasta el próximo 1 de marzo cuando una nueva agenda se abra paso para rendirle tributo a los actores más activos en la cadena del reciclaje en Colombia y el mundo.